Subieron a lo más alto de la noche fría.

Sin luna, sin estrellas.

Sin nada.

Él la miró, y vio en su cara todos los destellos.

Confiado, se acercó hasta ella,

se quitó el pañuelo y,

despacio, le abrigó el cuello.

El cielo ya no estaba solo.

Fue una noche con besos.

Sin luna.

Sin estrellas.

Con todo.








                         

entrarenter
Todos los derechos reservados © Ginés Castillocreado en Bluekea
Utilizamos cookies propias y de terceros para analizar y gestionar nuestros contenidos en base a tus hábitos de navegación.
Puedes aceptar todas las cookies pulsando “Aceptar”. Para obtener más información o rechazar las cookies pulsa “Gestionar Cookies“

Aceptar Rechazar Gestionar cookies