La nieve está cubriendo París. Cae en los sagrados corazones. Cae deshaciéndose en las oscuras aguas del Sena. Cae lánguidamente sobre el silencio en el viejo cementerio de Montparnasse. Nieva sobre mis pasos, sobre mis manos, nieva sobre las huellas que me han traido hasta aquí. Nieva por los rincones y las esquinas de todas las palabras. Y nieva sobre una tumba. Pero la nieve no puede cubrir su nombre. No puede cubrir, Córtazar.